La empatía ínter organizacional debilita y estanca el trabajo en favor de la Diversidad Sexual.
Por Rodrigo Rincón
El pasado 28 de agosto de 2007 el Dr. José Woldenberg Karakoswky, Director de la revista Nexos impartió en las instalaciones de la Universidad de Guadalajara la Cátedra inaugural titulada “Los problemas de la sustentabilidad democrática en México” en la que enfatizó la inequidad, la negación del otro, la complejidad, el fraccionamiento de los actores sociales y la igualdad como condiciones que ponen en jaque o dificultan una pretendida cohesión social. Woldenberg destacó que “La cohesión social alude a un sentido de pertenencia. Es parte de la solidaridad social necesaria para que los miembros de la sociedad sigan vinculados a ella con una fuerza análoga a la de la solidaridad mecánica premoderna; se trata de los pasos que crean obligaciones en los individuos que los hace sentirse unidos en un proyecto común (...) de su eficacia (cohesión social) dependen las valoraciones y los comportamientos de los individuos que podrán asumir sintiendo un sentido de pertenencia, una evaluación positiva de las instituciones, una aceptación de las normas que regulan la convivencia (…)”.
Así mismo el Dr. José Wolderberg señaló lo que la CEPAL alerta como realidades que escinden a una sociedad; existencias que no pueden ni deben esconderse pues “hacen que millones de personas no puedan hacer realidad el ejercicio de sus derechos. Refiriéndose a ellas como Ciudadanos incompletos.
A tales condiciones y realidades que impiden la construcción de una cohesión social, se adhieren factores parásitos que prevalecen desde un largo tiempo al interior de distintas y variadas organizaciones en México; factores fortalecidos por dirigentes o liderazgos sedentarios que muchas veces demuestran su incongruencia entre su decir y su actuar. En esa situación se ubican algunas organizaciones de nuestro propio país trabajando en temas de Derechos Humanos, Diversidad Sexual, Discriminación, Gays, Lesbianas, VIH Sida y otras más.
Protagonismo, cerrazón, celo profesional, desacreditación, intento de monopolización de temas públicos y causas de interés general en especial los relacionados con grupos minoritarios vulnerables y desprotegidos jurídicamente, son algunos elementos que integran dichos factores que promueven y fomentan rivalidades sin sentido tanto grupal u organizacional como personal; elementos que dividen y desgastan las escasas voluntades, compromisos, esfuerzos y movimientos carentes en una sociedad viviente bajo violencia, desempleo, pobreza, analfabetismo, desigualdad, discriminación, hartazgo político, pasividad y creencia televisiva.
La escasa participación de hombres y mujeres en proyectos de interés político-social merma a medida que se conocen actuaciones y omisiones de abundantes Instituciones mañosas que más que formar un frente común, compiten entre si por simple trivialidad.
Como personas o agrupaciones que luchamos por el reconocimiento e inclusión político, jurídico-social; como entes que manifestamos (aunque a veces a doble cara) voluntad y compromiso social; deberíamos al menos por congruencia, congratularnos de que más voces exclaman, promuevan, defiendan, impulsan y exijan para sí y para otros más, siempre construyendo y consolidando un fuerte, demostrando unidad y bases que además de pensar, investigar, discutir y proponer, presionamos y resolvemos sobre decisiones del Estado.
Como personas o agrupaciones que reprochamos cualesquier tipo injusticia debemos mostrar apertura, humildad y sensibilidad que nos permita integrarnos a trabajos o proyectos de otros nombres, banderas o colores pero encaminados a generar mejores condiciones de vida necesarios para un desarrollo humano con calidad.
Como personas o agrupaciones que incidimos debemos apoyar y promover a ciudadanos con posibilidad de tomar decisiones en escenarios políticos en torno a los beneficios de la diversidad sexual; ciudadanos capaces de representar dignamente a la comunidad lejos de ser simples maniquíes o personajes de tinte amarillista de tal manera que sigamos transcendiendo en el ámbito político.
Ojala que esos factores que impiden una sociedad, una diversidad sexual cohesionada no se sigan ejerciendo desde la cotidianidad; que por el contrario contribuyamos en la consolidación democrática de México.
Avanzaríamos más en evitar inasistencias a eventos de una misma región como el Primer Congreso Estatal Contra la Discriminación realizado el pasado mes de junio de 2007 en el Estado de Jalisco a cargo del Colegio Nacional de la Diversidad Sexual (CODISE) adjunto al Partido Político Nacional Alternativa Socialdemócrata en el Estado de Jalisco; Congreso en el que los ponentes fueron principalmente actores políticos y en el que se mostró ausencia de algunas organizaciones civiles pese a su insistente invitación. Evento cuyos objetivos principales fueron: a) presentar los resultados de la Primera Encuesta Estatal Sobre Discriminación en Jalisco realizada por CODISE; b) integrar la iniciativa de ley que adiciona diversas disposiciones al Código Penal del Estado para tipificar la discriminación como delito; c) integrar el Consejo Ciudadano Voluntario para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Los objetivos alcanzaron gran éxito, tal es así que el próximo 10 de septiembre se presentará ante el Pleno del Congreso del Estado de Jalisco la iniciativa mencionada, misma que es impulsada por distintos legisladores locales incluidos algunos del Partido Acción Nacional.
Con lo anterior se demuestra de las diversas Instituciones que trabajan en favor de la Diversidad Sexual una imagen ínter organizacional escindida que en muy pocas ocasiones se agrupa para continuar. O… ¿Tu cómo la vez?